Hombres
Asombro
Escombros
Último estertor.
Derrumbe
Tumbas.
¿Destronaste ya a la falsa reina?
¿Descubriste que todo puede desaparecer en un minuto?
¿Ah, no? Ah...
Entonces te preparaste un rico caldo de problemas ajenos
que en catódicas dosis fue el perfecto antídoto.
Dormiste tranquilo.
¿Te peinaste?
¿Lloraste?
Lo que el día anuncia lo desmiente la noche.
(Qué fábula indigesta ésta, cáustica
que desconoce al individuo “¡¿Yo?! ¿Y eso qué es?”
desliza).
Está bien, fulanísimo, tranquilo…
Tenga nombre. Pero
lo nuestro es un secreto a voces, y grita:
Pasamos por aquí.
Antes de aprender nos tragamos todas las fichas.
Escribimos un libro de quejas ¡Si parecían confites!
Una sombra nos pisa los talones
sin cesar y sin ser cierta.
Mientras nos cansamos queremos congelar lo que no existe
el tiempo.
Mientras resbalamos queremos aferrar lo que no es nuestro
la vida.