martes, 23 de enero de 2018

¡Fuera!



Se los sacó de encima.
Una fuerza invisible ha barrido de la playa
a los necios veraneantes. De a uno
los ha doblegado.
Libro, mate, pareo,
sombrilla, lona, reposera,
paletas, vianda, crucigrama,
-en extremo insuficientes las dos manos-,
se retiran. Recién llegados.
Despeinados. Ciegos. Aturdidos.
Extenuados por la más boba de las perseverancias.
Barnizados de loción,
sólo útil a los fines de adherir la arena lacerante.
Torpes, humillados, blancos; trastabillan.
Demasiado desnudos para tanto jaleo.
Sucumben finalmente a una voluntad superior:
Su Majestad, el Viento.
Pobres veraneantes...
Repletos del anhelo urgente de recrear la postal
de la que Mar del Sur se ríe a carcajadas. 

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