No tengo tiempo
porque el tiempo no existe.
Y en esa corrida hacia el borde
creo que ando, canto en el subte, cargo mi peso
y busco algo urgente.
Estoy en mi futuro y no me reconozco.
Se aceleró todo,
todo eso que no es, pero pasa.
Quisiera bajar un momento
pero no hace falta que paren al mundo.
Un escalón por debajo de mí
por un no minuto
bajar de mi tren
de mi atril
de mi tráquea,
del sueño intranquilo.
Con todo en su marcha
no estar atrasada, colgar hasta el cielo
de un hilo perfecto.
No encuentro, no encuentro
ni lo que he perdido
ni lo que hoy preciso.
Fatigo el desvelo.
La mar que produje
se cae de mis brazos.
Vengo en lo que viene
corriendo en mi sangre
veloz en mi sitio.
Entro
exhausta y
bienvenida
a donde no veo.
Hola Flor! Qué lindo poema...ya desde la primera línea tan contundente!M eencanta cómo jugás con la idea del tiempo-no tiempo...(finalmente existe o no?)también por momentos encontré un aire a lo mejor de Pizarnick, sobre todo en el final del poema. Me encantó! Gracias por darlo a conocer! Te mando beso grande! Gigi (como siempre medio sincronizadas también subí a mi blog algo sobre la relatividad del tiempo) Otro beso!
ResponderEliminarGracias Gigi!
ResponderEliminarNo, creo que finalmente no existe el tiempo aunque avancen las canas... entre otras cosas, porque las vejeces que siento, las siento desde niña.
Epa... Pizarnick, qué tremenda comparación... GRACIAS
Te mando un beso enorme.
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